
Nacimos sin zapatos
y con el peso
del deseo
para dejar huella.
Nacimos gritando
y llenando
de aire nuestros pulmones.
Nacimos mezclados
con el polvo,
el barro,
las estaciones
y la magia.
Nacimos inmensos
sin conocer fronteras,
códigos,
banderas,
diferencias,

tenedores,
servilletas,
llaves y mil puertas.
Nacimos siendo uno con la tierra
y en el encuentro
pausado con ella
recuperamos el latido
de estar vivos.
SILVIA MANZANA.
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